Inescrutables son los caminos de la información.
El conocimiento viaja a su vera, serpenteando una veracidad llena de espinas, sin llegarse uno a formar con este espejo extra ocular.
Mi dedo cual Indiana Jones entre derrumbes de grandes cimientos - conocimientos-, le dá al mando infernal y apabulla con imágenes de todos los colores mi realidad aficionada que recrea a su antojo la ficción entretenida de la tele.
Medio al que las masas recurren sin pensarlo.
Los niños lo aman.
Los viejos también.
Caja boba que acompaña inertes vestigios de una humanidad que se pisa los talones a sí misma.
Guerrero infatigable de la soledad.
Ilusionista o mago por antonomasia, con sus primeros destellos de imágenes- luz que vieron al nacer ojos inquietos, espectantes, que le abrieron la puerta de sus casas, reservándole el lugar singular - sin lugar- que se merecía.
¿Quienes serán entonces esos actores grises que no se ven, los que les dicen a la gente de ahí dentro lo que hacer, para que los de fuera, artesanos de la vida desvivida pero recreada desde dentro del aparato tormentoso, moldeen y conciban un nuevo mundo que se sabe inmenso y conectado?...
...Para que poco a poco el mundo pierda lo que tiene de esférico y quepa en nuestro salón.
Pez que se muerde la cola.
Tulip.
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