El pasado 6 de febrero de 2008, mi clase de producción de audiovisuales y yo, acudimos en calidad de público, junto a nuestro profesor, Carlos, y el experto en la asignatura, Antonio, al programa de ámbito nacional "el hormiguero" emitido por la cadena 4.
Sinceramente, nunca había seguido al programa televisivo, ni al de radio, que visité con Carlos también el año pasado.
Hubo una ocación en la que fue inexorable el videar en youtube un trozo del mismo: se trataba en esa ocación de la polémica aparición del, según Motos, guionista del programa: un individuo que se reía de su condición física-tiene tetraplejia-.
Sabía que el momento del rap sería tortuoso. Efectivamente, como pudieron comprobar quienes estaban a mi lado, el rap se convirtió para mí en un baile robótico, acompañado de una gesticulación bucal exagerada.
Mas allá de que la situación, y esto si tengo que subrayarlo porque es verdad, como público uno se "tienta" y se ríe, no todo fue gracioso.
De hecho, lo único que concidero fué divertido, el último trozo de programa, en el que los proyectos de hormiga toman cuerpo humano, y hablan de webs.
Lo que si quiero comentar, es el detalle del documento mediante el cual Antonio, experto, cedió sus derechos de imagen: esto fué a raiz de su "calvicie" y la promoción burlesca de gorras personalizadas.
La labor del regidor, y sus ayudantes muy interesante.
Antonio: tu debut en el Hormiguero fué mucho más convincente que la de muchos invitados que allí aparecen.
Las experiencias, una a una en la vida nos dejan algo de lo que aprender, en esta ocación, se me ha revelado que como público no sirvo: pero intentarlo es algo que muchos pueden comprobar.
Según me ha informado el resto del público (reconozco haber interrogado a unos cuantos), se puede uno apuntar como tal mediante un 902.
No me dijeron nada de bocatas ni camisetas, pero una botella de agua si dán.
Y la experiencia, lo dejo en manos de cada uno, puede ser de lo más interesante.
El plató está muy bien: ayuda a uno a darse cuenta de la magia de la televisión, y su arte de distorsionarlo todo.
Tulip.
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